Redes sociales (¿públicas?), comunidades y medios de comunicación
En ethica.press hablaremos a menudo de herramientas útiles para los periodistas, pero también para otro tipo de creadores de contenido no periodístico. Las redes sociales son una de ellas. Aunque han permitido crear nuevos espacios de comunicación, también entrañan riesgos, como la proliferación de noticias falsas, la desinformación, la polarización y la difusión de contenidos en ocasiones sensibles. Por no hablar de otras relativas a la adicción, cómo los algoritmos favorecen u ocultan determinados contenidos, etc.
Esta semana, El País Ideas aborda una cuestión interesante: ¿pueden las redes sociales públicas proporcionar entornos más neutros y seguros?
El debate está servido. Y quizá una de las ideas más interesantes del artículo es que, seguramente, no es necesario que todas las redes sociales sean masivas, como las que ahora conocemos. Una vía de trabajo —en la que los medios de comunicación locales tienen mucho que hacer— sería fomentar redes focalizadas en entornos concretos. Como apunta la periodista Marta G. Franco, autora de Las redes son nuestras, estos espacios podrían favorecer que mantengamos "relaciones un poco más significativas”.
La diversidad de estudios académicos —en especial desde la psicología y la sociología— sobre las interacciones y relaciones en las redes sociales y las consecuencias sobre la salud mental que se pueden observar pone de manifiesto que, cuanto menos, es un tema sobre el que profundizar.
A través de redes locales o especializadas se podría crear un entorno de mayor relevancia para el usuario, seguro, útil y menos adictivo.
En lo que se refiere a los medios, hay mucho camino por recorrer. Son escasos los esfuerzos en este sentido para ayudar a las comunidades (que ya existen) a organizarse mejor. Y, en la que será la primera de muchas referencias al periodista y profesor Jeff Harvis, uno de los más respetados de Estados Unidos, la comunidad a la que sirven los medios debería ser capaz de decirles: necesitamos saber sobre este tema "y queremos que utilices tu poder como representante para reunirnos y de este modo recabar esta información y luego añadir valor periodístico a este trabajo" (El fin de los medios de comunicación de masas, ¿cómo serán las noticias del futuro?, 2015, pp. 50-51).
No será la última vez que hablemos de la importancia de la comunidad.
Hoy disponemos de herramientas tecnológicas más que suficientes para fomentar modelos locales o temáticos que sean de interés de los usuarios y eliminen algunos de los grandes problemas que tienen las redes sociales en el sentido tradicional del término. Los medios deben pensar cómo servir a su comunidad de la mejor manera posible.
Así que, de momento, os animamos a reflexionar sobre redes sociales, qué necesitamos y cómo se podrían organizar para también dar espacio a lo local o a lo especializado.
English version
(Public?) Social media, communities, and media outlets
Local and specialised social media can serve as spaces for community building, where media outlets have much to contribute.
At ethica.press, we will often talk about useful tools for journalists, but also for other types of non-journalistic content creators. Social media is one of them. While it has enabled the creation of new spaces for communication, it also carries risks, such as the spread of fake news, misinformation, polarisation, and the circulation of sometimes sensitive content — not to mention issues related to addiction, how algorithms promote or hide certain content, and so on.
This week, El País Ideas addresses an interesting question: can public social networks provide more neutral and safer environments?
The debate is on. And perhaps one of the most thought-provoking ideas in the article is that not all social networks necessarily need to be massive, like the ones we know today. One possible path —in which local media outlets have an important role to play— would be to foster networks in specific contexts. As journalist Marta G. Franco, author of Las redes son nuestras (The Networks Belong to Us), suggests, these spaces could help us maintain “slightly more meaningful relationships”.
A wide range of academic studies —particularly from psychology and sociology— on social interactions and relationships within social media, and their impact on mental health, clearly shows that this is a subject worth exploring in depth.
Through local or specialised networks, it may be possible to create a more relevant, safer, more useful and less addictive environment for users.
When it comes to the media, there is still a long way to go. So far, very little effort has been made in this direction to help communities (which already exist) become better organised. And, in what will be the first of many references to journalist and professor Jeff Jarvis — one of the most respected figures in the United States — it is worth recalling that the community the media serves should be able to say: we need to know about this topic, and we want you to use your power as our representative to bring us together, gather this information, and then add journalistic value to this work (Geeks Bearing Gifts: Imagining New Futures for News, 2015).
It won’t be the last time we speak about the importance of community.
Today, we have more than enough technological tools to promote local or thematic models that are genuinely interesting to users and could help overcome some of the major problems that social media — in the traditional sense — currently face. The media must start thinking seriously about how to serve their communities in the best possible way.
So, for now, we encourage you to reflect on social media — what we need from it, and how it could be organised to give space not just to global trends, but also to the local and the specialised.